martes, 26 de julio de 2011

AMÉRICA LATINA AL PASAR EL TIEMPO

Como cambian los tiempos. Hace apenas 3 años Hugo Chávez y Álvaro
Uribe representaban el conflicto ideológico más radical de la historia
reciente de América Latina. La región se debatía entre la nueva
derecha y la nueva izquierda y cada país parecía alienarse en un
bando. Los líderes de la región, México y Brasil, dibujaban sus
propios esquemas y manejaban un liderazgo de proyección global. El
resto de la región estaba con la revolución Bolivariana o contra ella.
Hoy, los líderes de la región, con la excepción de Evo Morales y
Daniel ortega, quisiera parecer alejarse cada vez mas de dicha
revolución. Perú acaba de elegir a un Ollanta Humala que hace 4 años
recibió fondos de Chávez y hoy jura no tener ninguna relación con el
líder venezolano. Dilma Roussef parece estar dirigiendo al Brasil cada
vez más cerca al capitalismo salvaje que Chávez denuncia. Argentina y
Uruguay se mantienen en la proximidad del Chavismo, pero concentrados
en sus campañas electorales y decididas a seguir aprovechando el
crecimiento económico que sus materias primas tienen en el mercado
mundial
La Latinoamérica de mañana parece entonces, menos radical y más
concentrada en el crecimiento. La región en general está experimentado
unos niveles de crecimiento que no se veían en décadas. Algunas
naciones tienen crecimientos del nivel de la China o la India, y
algunos otros crecimientos más moderados pero estables. Esto está
haciendo a la región más atractiva para la inversión de capitales que
algunas regiones asiáticas que lideraron la inversión extranjera de
los años 80. Los países desarrollados parecen tener que empezar a
"deshacer" su desarrollo a través de dolorosas reformas a sus sistemas
sociales y frente a la cada vez aparente incapacidad de contener los
nuevos líderes del crecimiento económico y su influencia en la
economía mundial
Latinoamérica, aun enmarcada en conciencias parroquiales y
regionalistas frente a su visión global, está despertando poco a poco
frente a sus posibilidades. Ya no hablamos de sobrevivir, ya hablamos
de liderar y lo más importante es que tenemos con que soportar esas
afirmaciones. La economía Brasilera es una de las más sólidas del
planeta, Colombia tiene un crecimiento sostenido de una década y
lograra convertirse en la tercera economía de la región y la de mayor
apertura a los mercados globales. Venezuela tiene ya las reservas
probadas de petróleo más grandes del planeta y aunque se gobierno
parece empeñado en no permitir su crecimiento, sus recursos parecen
incalculables. Chile, Argentina, Perú, Panamá y México se han dedicado
a mantener su crecimiento.
Los viejos problemas del subdesarrollo parecen subsistir. Desigualdad,
corrupción, pobreza, inseguridad. Estos son asuntos que Latinoamérica
tiene que enfrentar a través de Educación, sistemas judiciales
independientes, mejores políticas sociales. Esto genera un cambio
cultural que transformara la región, pero debe comenzar inmediatamente
para que la nueva generación de latinoamericanos despierte a las
posibilidades que el continente tiene. Latinoamérica es sin lugar a
dudas el futuro, pero como siempre lo he dicho, su futuro depende,
como nunca antes, de sí misma.

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