viernes, 22 de julio de 2011

Uruguay jugará la final

Los celestes se clasifican para la final de la Copa América 2011 tras
derrotar a Perú con dos goles de Luis Suárez.
Así como un campesino lee en los vientos que viene tormenta, lo de
ayer en La Plata se veía llegar desde que la competición emparejó otra
vez a Uruguay y a Perú. Si el partido que abrió el fuego para ambos en
esta Copa América fue malo por lento y trabado, ayer el enunciado de
la semifinal no invitaba a pensar que algo podría cambiar. El
encuentro prometía ser tosco, lento, enmarañado y aburrido.
Y así fue la primera parte. Se jugó de parón en parón, sin ritmo, sin
continuidad. Para complicarlo, el frio era tremendo y el terreno de
juego presentaba su estado habitual en La Plata: lamentable. Todo eso
ya se sabía antes de empezar porque Tábarez y Markarían no engañan a
nadie y no habían prometido nada diferente de lo que hicieron anoche,
lo que vienen haciendo desde que empezó el torneo.
A Perú le vino grande el partido. Se defendió mal siempre y si no
dobló antes la rodilla fue porque Uruguay no supo atacarle mejor en el
primer tiempo. Jugó a empujones, demasiado tenso. Sin ninguna claridad
en el inicio, Forlán dio la luz en el arranque del segundo tiempo y
Uruguay remató el duelo con dos puñaladas de Luis Suárez. En ambos
goles intervino el 10 de Uruguay, que no marcó, pero sigue resultando
un jugador determinante ahora que vive en secano. Los celestes no
necesitaron mucho más ante el equipo peruano, que no chutó a puerta
hasta que no perdía por dos a cero.
Invitado a asumir la responsabilidad del favorito, del equipo con 14
victorias en el continente, Uruguay pareció asustarse, o al menos se
olvidó de que Perú es una escuadra menor, con orgullo y pétrea, pero
con una falta alarmante de talento. Más que jugar para construir
espacios, los uruguayos trataron de arrancarlos, y encontraron antes a
Forlán para sacar faltas que para dar pases. Anclada Perú, le sobraban
a Tabárez precauciones atrás y soltó lastre. Adelantó a Pereira y al
ganar un centrocampista agitó el encuentro. A más efectivos, más
pronto recuperó el balón Uruguay y antes apareció Forlán con el balón
en movimiento.
Luis Suárez, un futbolista mayúsculo, con tanto gol como trabajo, hizo
el resto y metió a Uruguay en semifinales. Contagiado del mal juego el
Toro no completó su mejor partido, pero siempre está. Para protestar,
para pegarse con los centrales, para ganarse una tarjeta en la
presión, para caer a banda. Y para marcar goles históricos como los
dos que firmó ayer, de puro 9. Por pillo, fue el único que intuyó que
el zapatazo de Forlán no lo cazaba Fernández, y a por el rechace que
se fue. Su calidad hizo el resto y resolvió sin despeinarse. Con tan
poco, tan solo un destello individual, le alcanzó a Uruguay para abrir
la lata. Golpeados, no se habían recompuesto los peruanos y apareció
otra vez Luis Suarez, esta vez solo ante Fernández. El excelente pase
de Pereira difícilmente podía terminar de otra manera.
A Uruguay solo le quedaba defenderse y Perú se lo puso fácil: Vargas
propinó un codazo a Coates y dejó al equipo con un hombre menos y una
misión imposible: remontar dos goles. Imposible. Languideció el
partido, controlado por los charrúas y la celeste se metió en la
final. Uruguay espera rival. El domingo, en el Estadio Monumental de
Buenos Aires, puede convertirse en el primer equipo sudamericano en
ganar 15 títulos de la Copa América, un trofeo que no alcanza desde
1995.

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